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9 partes del cuerpo que ya no necesitamos para nada (y cual era si función antes)

Desde la perspectiva antropológica, se les ha nombrado «sobras evolutivas». Miembros aparaentemente sin rol en cuerpo humano

Son esos miembros de nuestro cuerpo que no poseen ningún provecho para las funciones que ocurren en nuestro sistema,  en la vida moderna. Pero no siempre ha sido así.

Todas cumplían una función específica (y en muchos casos vitales) para nuestros antecesores.

Aunque no todo el mundo las tiene aun, estas son algunas de las más conocidas, según reveló Dorsa Amir, una antropóloga del Boston College, en Estados Unidos, al portal Business Insider.

¿Te atreves a examinar cuántas tienes?

1. El apéndice

Probablemente es la parte ineficaz del cuerpo más conocida por todos.

Las investigaciones científicas señalan a que este órgano aportaba en la digestión de las plantas con exceso de celulosa, que formaban parte de los hábitos alimenticios de nuestros ancestros.

Conforme nuestra dieta se tornó más variada, el apéndice perdió su función, apunta Amir. Eso sí, precisa que cada vez hay más investigaciones que evidencian que el apéndice puede continuar jugando, en la actualidad, algún papel como almacén de las bacterias de nuestro intestino.

2. Palmar largo

No todo el mundo lo conserva, pero es un músculo que cruza desde la muñeca hasta el codo.

Si despliegas el brazo con la palma de la mano hacia arriba y juntas tu pulgar con los demás dedos formando una especie de cono, puede que notes una protuberancia muy fina y recta que se extiende por el antebrazo. No es el tendón, es más suave.

Un 10% de los seres humanos ya lo ha perdido, aseguran los científicos, pero antes su función era para ayudar a nuestros antepasados a ejercer la fuerza necesaria para trepar árboles.

3. Las muelas del juicio

Su función era triturar las carnes duras y los cereales crudos con los que se alimentaban nuestros ancestros. Ahora, como detalló la doctora Amir, nuestra dieta es bastante más delicada y no se requiere masticar con tanta fuerza.

Tampoco nuestras mandíbulas son tan robustas como era necesario en el pasado.

No a todo el mundo les salen todas, a veces es posible que ninguna, pero cuando lo hacen tienden a provocar mucho dolor y en ocasiones es inminente su extracción.

4. Músculos arrectores pili

En la antigüedad teníamos mucho más pelo alrededor de nuestro cuerpo que en los días presentes. Los músculos arrectores pili, acoplados a los folículos capilares, ayudaban a erizar el pelo y así simular mayor tamaño ante una situación de riesgo o amenaza.

Hoy en día esto es para nada necesario, pero sí puede notarse que lo conservan muchos mamíferos con pelo, por ejemplo los gatos.

5. Cola embrionaria

Todavía en la actualidad, entre las cinco y las ocho semanas después de producirse la concepción, el feto inicia el desarrollo de una cola que antes de nacer desaparece para constituir lo que hoy conocemos como el coxis.

Esta cola aportaba equilibrio al moverse.

6. Músculos en las orejas

Son los responsables de la movilidad de la parte visible del oído, pero muy pocas personas son capaces de controlarlos, explicó la antropóloga. Algunos mamíferos los utilizan para localizar presas o depredadores y se cree que los humanos los usaban para lo mismo.

7. Músculo piramidal

Está ubicado en la parte baja del abdomen y tiene un aspecto triangular. Hay gente que no posee ninguno y hay otras que tienen dos.

No tiene otra función más que para que para mover la línea del alba (la que va desde el vientre inferior hasta el pecho, atravesando el ombligo longitudinalmente).

8. Pezones masculinos

Los pezones tienen una única función, biológicamente, una muy específica: facilitar el amamantamiento.

Pero tomando en cuenta que son las mujeres quienes amamantan ¿por qué los hombres nacen con ellos? La respuesta es que el cuerpo de un embrión, sea hembra o varón, inicia el desarrollo de la misma forma.

Cuando la testosterona, responsable de la formación de los órganos sexuales masculinos hace su introducción y empieza a trabajar, los pezones ya se han desarrollado.

9. Tercer párpado

Este es un pliegue ubicado en la esquina interna del ojo y se parece a las membranas que poseen algunos animales como las aves, los reptiles e incluso algunos mamíferos para resguardar la vista.

Se usan para conservarlos húmedos y libres de desechos, pero en el caso de los humanos apenas queda una evidencia y además, no tenemos ningún tipo de dominio sobre ellas.

«No está exactamente claro por qué los humanos ya no tienen esto», aseveró Amir, » parece ser que debemos haberlos perdido hace mucho tiempo».

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