
AMA MUCHO A TUS HIJOS, PERO NO OLVIDES QUERERTE A TI MISMA, MAMA.
En el cuento de Peter Pan, Peter representaba a ese adulto que no desea crecer, que no se preocupa en madurar, que nunca quiere enfrentarse a sus deberes. Peter Pan quiere ser un niño hasta el fin. Wendy, sin embargo, es la persona que se encarga de cuidar de él, lo protege y hace todo lo posible por que no le pase nada.
Por eso es que se les llama madres Wendy a aquellas mamás sobre protectoras, que están siempre atendiendo a su hijo, olvidando incluso que ellas también requieren tiempo y espacio para sí mismas.
Síntomas del síndrome de Wendy en una madre
Cuando una madre padece este síndrome, persigue a toda costa ser imprescindible en la vida de sus hijos y en la familia. Es más: necesita sentirse irremplazable. Por eso se encarga de todas las tareas posibles. Estas son algunas de las características de las mamás con esta necesidad:
- Se encargan de realizar todas las tareas de casa posibles para que los hijos no tengan que hacerlas (fregar, recoger, hacer la comida…)
- Intentan evitar la frustración de sus hijos eliminando obstáculos de su camino (se dejan ganar en el juego, guardan las tareas que olvidaron meter en la mochila…)
- Son controladoras
- Buscan agradar constantemente a los demás, renunciando incluso a sus propias necesidades
- Son madres que se sacrifican por sus hijos. Son capaces de hacer cualquier cosa por ellos
- Evitan las discusiones. No les gusta molestar a nadie y huyen de las situaciones conflictivas
- Tienen un gran instinto de protección y cuidado de los niños.
La solución ante esta ansiedad es darse cuenta y reaccionar. Decir “no”. “No” a asumir todas las tareas. “No” a responsabilizarse de lo que le corresponde a los demás. “No” a solucionar todas las dificultades. “No” a sacrificarse de forma constante.
En cambio, decir “sí” a dedicar un tiempo y un espacio para sí mismas. Se puede ser una madre protectora sin necesidad de ser Wendy.